Aprtir de este sucesos tan trajito la historia vario un poco unos dices que laminia se convierte en un moustro culpa de lo ocurrido, mientras muchos otros aseguran que fue la enorme tristeza que sintió ante la muerte de sus hijos la que la terminó transformando en ese ser con cuerpo de serpiente y pechos de mujer.
Sea como fuere, lo cierto es que Hera maldijo a la ya destrozada Lamia a no poder cerrar los ojos nunca más, de esta forma siempre podría ver la imagen marcada a fuego de sus hijos agonizando ante la muerte.
Por otro lado, el amor que zeus sentía por la joven lo condujo a regalarle el don de poder arrancarse los ojos y así descansar de sus visiones y luego volvérselos a poner. Aún así, el dolor de Lamia no era mitigado con estos descansos, poco a poco comenzó a tener envidia de todas las madres que podían disfrutar de sus hijos vivos. Esta rabia interna fue la que la condujo a matar a esos niños y beber su sangre. Si bien es cierto que al principio lo hacía seguramente conducida por el dolor y la rabia, posteriormente disfrutaría con este acto acostumbrándose a sobrevivir gracias a la sangre de dichos niños.





En esa época, el padre de Lina, Tiburcio Medina, notó que ella (una de
sus 9 hijos) tenía el vientre abultado y ante las supersticiones de la
aldea (quienes decían que tenía una culebra dentro y culpaban del mal a
Apu, el espíritu de los Andes) a mediados de Abril de 1939 la llevó con
los chamanes de la aldea, quienes creyeron que tenía un tumor y le
aconsejaron que la lleve al Hospital de Pisco, la ciudad más cercana.